Monday, December 19, 2011

Adios a mi Maestro!

Tuesday, 23 December 2008 19:21

Carlos Avila, entrenador nacional de atletismo, murió en Cali a los 84 años.Por José Briceño
http://www.colombiaenlondon.com


Víctima de un virus pulmonar y tras soportar estoicamente, durante 37 días, una lenta agonía falleció en la clínica Los Farallones de Cali este jueves al medio día, a la edad de 84 años, Carlos Avila Medina a quien merecidamente se ha considerado, en los últimos 50 años, como el padre del pista y campo colombiano. Hoy el deporte colombiano está de luto y el atletismo llora sin consuelo, la partida de un irremplazable. Como bien lo reconce Pedro Grajales “ Avila fue el papá de todos nosotros”, También el mío

La huella de Carlos Avila en el atletismo es imborrable y formó parte de ese equipo dirigencial deportivo que tuvo el Valle del Cauca, que siempre lo tuvieron como pieza clave y eficiente para su trabajo, laboró al lado de Alberto Galindo Herrera, el “soñador” y luchador incansable para que Cali haciera los Panamericanos y no vivió para verlos. Evangelista Mora, Jorge Herrera Barona, Director de los Panamericanos y Presidente del Comité Olímpico Colombiano, Adolfo Carvajal Q, Humberto Zuluaga Monedero, directores de Coldeportes, Nolasco Sierra, Leonardo Amaya. Dirigentes eficientes que no dejaron semilla para el atletismo del Valle.

Siguiendo el legado bíblico de que “Por sus obras los conocereis” Carlos Avila no solamente era un mecánico avezado, sino un entrenador calificado como ninguno, un sicólogo empírico, un experto en la construcción de pistas de atletismo en carbonilla, en varios municipios del Valle, al lado de Leonardo Amaya y campos de futbol, ya que durante muchos años fue administrador y encargado del mantenimiento del Estadio Pascual Guerrero, para dedicarse en su merecido retiro de pensionado al cultivo de cítricos en su finca de La Buitrera, logrando comercializar: naranaja, mandarina, limón , maracuyá y grey, actividad que le recordaba su lejana juventud en tierras tolimenses y que combinaba dando sus sabios consejos a atletas y entrenadores que hasta allí llegaban a busacarlos. Es que son 7 décadas de experiencia, con el amor a un ideal unido al sentido de la responsabilidad.

Nadie puede llamarse a engaño cuando se dice que Carlos Avila Medina es la personificación del atletismo colombiano, fue un revolucionario que viajó por el mundo en busca de conocimientos, cuya semilla sembró hace 50 años y cuyos frutos se han transmitido y multiplicado de generación en generación.

Descanse en paz, porque como en el legado bíblico “ sus obras le siguen”, un sincero requiem ante su tumba y el eterno agradecimiento del deporte de Colombia y particularmente del Valle del Cauca, que masivamente acompañó a su profesor hasta su última morada. Carlos Avila se fue como los grandes con la satisfacción de deber cumplido.

Carlos Avila Medina: Pionero del Deporte para Discapacitados en Colombia

CESAR L. QUINTERO ESTRELLA DEL ATLETISMO PARALÌMPICO
"CESAR LEÒN QUINTERO PRIMER ATLETA PARALÌMPICO ESTRELLA DEL DEPORTE NACIONAL "

Tomado de Deportes y Algo Mas
Carlos Avila y Cesar L. Quintero
En la historia del atletismo y del deporte colombiano en la década de los años sesenta, se promueve en Cali una actividad deportiva para jóvenes con limitación auditiva; esta inquietud nace de la directora del Instituto para ciegos y sordo mudos, después de haber realizado Cali los VII Juegos Atléticos Nacionales en 1954.

La encargada de esta entidad de nacionalidad española trajo esta inquietud, ante las experiencias que en Europa ya se habían realizado después de la primera y segunda guerra mundial.

Carlos Ávila Medina, entrenador oficial de la Junta Departamental de Deportes del Valle, es el encargado de iniciar un trabajo arduo y sin mayor conocimiento para dirigir deportistas con discapacidad auditiva y otros con discapacidad visual.

En un grupo de doce adolescentes Carlos Ávila, comienza a trabajar con Cesar León Quintero, quien en un comienzo practicaba tenis de mesa, al llegar al estadio Pascual Guerrero, viendo las diferentes modalidades del deporte base se decide por el salto con pértiga e incursionó en 110 metros vallas.

El profesor Ávila formo a su sucesor en el salto con pértiga y pretendió que Cesar lograra importantes triunfos en la modalidad de 110 mts. vallas pero no fue posible, en la partida de la prueba Quintero perdia importantes segundos para estar en igualdad de condiciones con los demàs competidores, para aquel entonces no se había implementado un sistema como el que existe hoy para estos deportistas.

La primera gran hazaña de Cesar fue superar el record nacional de su maestro que estaba en 4 metros con pértiga de bambú que no permitía un mejor salto técnicamente, con esta referencia por muchos años Quintero fue el dueño de la marca hasta la aparición de Ciro Valdez.

Logra medalla de plata en su especialidad en el suramericano de atletismo realizado en Buenos Aires en el año 1966 con 4.30 sin poder superar su registro personal que era marca nacional.

Fue gran figura de un festival internacional de atletismo realizado en Bucaramanga que contó la participación de Puerto Rico en 1967.

Fue invitado por el gobierno español del General Franco participar en un campeonato Iberoamericano para sordo mudos, tuvo la oportunidad de volver a Europa y competir en los juegos mundiales realizados en Bélgica para deportistas con discapacidad auditiva.

Este caleño del barrio Libertadores uno de los más tradicionales de Cali, se paseo por los estadios de Colombia, Suramérica y Europa.

Un gran movimiento promotor de la actividad deportiva para deportistas con discapacidad auditiva y visual se gesto en la ciudad de Cali en los finales de los años 50.

Cesar León Quintero es el primer deportista paralímpico con triunfos nacionales e internacionales, símbolo del nuevo movimiento que hoy en dìa goza de una estructura nacional creada hace doce años por ley nacional, dirigida por el Comité Paralímpico Colombiano que preside el doctor Octavio Londoño Giraldo.
Cesar Lèon Quintero retirado tras pensionarse primero con la Junta Departamental de Deportes y posteriormente con Coldeportes Valle, solo quedan los recuerdos de este deportista convertido en estrella del atletismo nacional en dos modalidad salto con pertiga y 110 metros vallas.

Cesar León Quintero siempre fue respetado por sus rivales y compañeros quienes cariñosamente le llaman el “Mudo Quintero”. Su nombre esta inscrito en moldes de oro como uno de los primeros “Campeones de la Vida”.
La ACORD VALLE DEL CAUCA - el 16 de abril de 2010, en la ceremonia Deportista del año 2009, realizada en el auditotio de la Escuela Nacional del Deporte exaltò a Cesar Leòn Quintero, entregandole una placa en reconocimiento a toda una vida consagrada al deporte, como uno de los grandes ejemplos para los deportistas de la nueva generaciòn y en especial a los discapacitdos.

Paginas doradas en la historia del atletismo en Colombia

Biografia de HERNÁN BARRENECHE RÍOS: PÁGINAS DORADAS EN LA HISTORIA DEL MARATÓN EN COLOMBIA. Por: Mario Mesa
mesa_mario@yahoo.com
Pereira, 1 de abril de 2007
Vea Articulo Completo

MEXICO´68: UN SUEÑO CONVERTIDO EN PESADILLA:
En la delegación colombiana iban por atletismo Alvaro Mejia en 10,000 metros, Pedro Grajales en 200 y 400 metros, Jimmy Sierra en 100 metros, Hernando Arrechea en 110 m vallas, El entrenador era el Vallecaucano Carlos Avila.

La maratón salía a las 3 de la tarde de la Plaza del Zócalo de Ciudad de Mexico, terminado en el Estado de la UNAM. Cuando Hernán se disponía a la 1:00 PM a tomar el bus que transportaba a los atletas al sitio de salida, se encontraban conversando Humberto Chica Pinzón, quien entonces era el Presidente de la Federación Colombiana de Atletismo, el entrenador Carlos Avila y otra persona, entonces al pasar por allí Hernán los saludó y Humberto le ofreció llevarlos en el carro oficial que tenía asignada la Delegación Colombiana pues en ese auto irían mas cómodos que en el bus que transportaba a los demás atletas. Faltando 500 metros para el sitio de reunión de los atletas, entonces un policía de tránsito dió paso a otros vehículos en sentido perpendicular al carro de ellos y uno de esos automóviles los chocó por el lado donde iba Hernán, el carro se volcó.

Hernán perdió el conocimiento y cuando despertó estaba en un hospital con dos costillas rotas y un desgarre en el muslo de la pierna izquierda, eran las 2 de la tarde y aún en ese estado quería correr la maratón , así se lo dijo a Carlos Avila, pero por supuesto al intentar pararse el dolor no lo dejó, allí acabaron los Juegos Olímpicos para Hernán.

Los esperamos Münich 1972…. Decía el tablero del estadio en la Clausura de esos juegos. Hernán desde las graderías veía Münich ´72 como una utopía, algo inalcanzable.

El atletismo llora a un maestro

Por: José Briceño, London, Ontario, Canadá. / Especial para El Espectador
1 Ene 2009 - 7:23 pm El Espectador

Víctima de un virus pulmonar y tras soportar estoicamente una lenta agonía falleció en Cali, a la edad de 84 años, Carlos Ávila Medina, a quien merecidamente se ha considerado, en los últimos 50 años como el padre del pista y campo colombiano. Hoy el deporte está de luto y el atletismo llora sin consuelo, la partida de un irreemplazable. Como bien lo reconoce Pedro Grajales “Ávila fue el papá de todos nosotros”.

Si a alguien le debe mucho el atletismo colombiano es a Carlos Ávila Medina, quien durante 70 años respiró y transpiró deporte como nadie en Colombia. Su nombre es ampliamente conocido en el pista y campo nacional, desde que se inició como basquetbolista y luego atleta a finales de la década de los 30, afición o profesión, como se le quiera llamar, es lo mismo, ya que nunca en su vida la abandonaría.

Donde hay atletismo en Colombia ahí está Carlos Ávila directa, indirecta o circunstancialmente, sus dirigidos superaron más de 100 marcas nacionales en casi todas las pruebas del pista y campo colombiano, algunas a nivel internacional.
Nacido en un corregimiento cerca del Líbano, Tolima, el 24 de Julio de 1924, de origen campesino, siempre se sintió orgulloso de ello y lo practicó como una religión toda su vida.

Desde 1965 se instaló en su finca ubicada en La Buitrera, detrás del Club Campestre de Cali, para cultivar cítricos actividad en la cual, con el apoyo técnico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional, sede Palmira, también se volvió toda una eminencia.

En sus primeros años laborales trabajó como mecánico calificado para el Ferrocarril del Pacífico, habilidad que después utilizaría en el deporte para adecuar y ajustar implementos de entrenamiento y competencia. Como atleta al servicio del Valle fue varias veces campeón nacional y logró los registros de garrocha (3,60 metros), cuando se saltaba con bambú y los 110 vallas (15”3), en la década de los 50.

De la mano del técnico sueco Rolf Svamberg inició su exitosa vida de entrenador, para viajar en 1960 a Europa, enviado por la Casa del Deporte, hoy Jundeportes Valle, a capacitarse tanto en lo atlético como en la construcción y mantenimiento de escenarios deportivos, terminando su gira en la Olimpiada de Roma como oficial de la delegación de Colombia.

Debutó internacionalmente como técnico en el suramericano de Lima 1961, piedra de partida del atletismo colombiano y luego estaría al frente del equipo nacional en muchas oportunidades como Juegos Centroamericanos y del Caribe en Kingston 1962, Juegos Bolivarianos de Barranquilla 1961, Quito 1965 (la mejor actuación colectiva del atletismo colombiano en todos los tiempos), suramericanos de Cali 1963, Río de Janeiro 1965, Buenos Aires 1967, Santiago 1969, Iberoamericano en España 1962, Juegos Panamericanos Winnipeg 1967, Cali 1971, temporada de la selección colombiana por Europa 1971, Juegos Olímpicos México 1968 y Munich 1972.

Para destacar la influencia de Carlos Ávila acompañando a Álvaro Mejía a la micro olimpiada de 1966 en la cual participaron los mejores atletas del mundo y Mejía le ganó, en los 5.000 metros, al subcampeón olímpico de 10.000 m., el tunecino Mahammed Gammoudi y se ampolló la planta de los pies por lo cual se rehusaba a correr los 10 kilómetros.

Ávila le dijo: “ Vea mompita, si no quiere correr nadie lo puede obligar, haga sus maletas y nos vamos a bañar a Acapulco, pero yo le digo una cosa, usted en la forma como está nunca se volverá a enfrentar a esta gente con éxito”. Mejía entendió el sabio consejo del profesor, corrió y le ganó al primer lote del mundo también en los 10.000 metros seguido del campeón olímpico y plusmarquista del mundo el belga Gaston Roelants, tercero el tunecino Gammoudi.

Esa fue la mejor actuación deportiva en la vida de Álvaro Mejía superior a sus triunfos en pruebas de calle como Coamo (Puerto Rico 1966), San Silvestre (Brasil 1966) y Boston (Estados Unidos 1971). Con Carlos Ávila como entrenador nacional los sistemas de preparación se actualizaron y se trabajó por primera vez en “interval training”, un tiempo de trabajo por uno de descanso, se utilizó el ritmo en las repeticiones y fruto de esto salieron campeones suramericanos en Cali 1963 Álvaro Mejía y Óscar Rivera.

Atletas de todo el país, en la década de los 60 entrenaban con el plan de Ávila que permitió masificar y mejorar todo el pista y campo colombiano con elementos multiplicadores. Muchos fueron los campeones dirigidos por Carlos Ávila, el mejor de todos a nivel resultados fue Pedro Grajales, tetracampeón en los Juegos Bolivarianos de Quito 1965 y tetracampeón en el Suramericano de Santiago 1969.

Hoy el estadio de Atletismo de Cali merecidamente lleva el nombre de Pedro Grajales como reconocimiento a toda una labor exitosa de este velocista como atleta y entrenador, resultado del conocimiento de Carlos Ávila. No se puede olvidar el nombre de César León Quintero, el atleta sordomudo que bajo la dirección de Ávila ha sido el único discapacitado en Colombia que logró ser campeón nacional en el salto de garrocha y por esas paradojas de la vida, Quintero superó en 1960, saltando con garrocha de fibra de vidrio, la marca de Carlos Ávila de 3,60 m., al saltar 3,80 m. en Cartagena y en 1962 sería tercero en el mundial para sordomudos y campeón bolivariano en 1965 con 4,20 m.

Los periodistas le preguntaban a Ávila si era muy difícil entrenar a un sordomudo y sarcásticamente decía: “Es más fácil entrenar a los mudos, porque los otros hablan mucho”. No solamente atletas recibieron enseñanzas de Ávila, también tuvo a su cargo para la preparación física a nadadores como Olga Lucía de Angulo, Tomás Becerra y Julio Arango.

La cuerda de Antonio Cervantes Kid Pambelé, el mejor boxeador de la historia y el único que unificó título solicitó y obtuvo los consejos técnicos de Ávila, así como algunos preparadores físicos de fútbol profesional, ya que Carlos Ávila jamás fue egoísta con sus experiencias y conocimientos.

La huella de Carlos Ávila en el atletismo es imborrable y formó parte de ese equipo dirigencial deportivo que tuvo el Valle del Cauca con él como pieza clave y eficiente para su trabajo. Laboró al lado de Alberto Galindo Herrera, El Soñador” y luchador incansable para que Cali hiciera los Panamericanos y no vivió para verlos; Evangelista Mora; Jorge Herrera Barona, Director de los Panamericanos y Presidente del Comité Olímpico Colombiano; Adolfo Carvajal y Humberto Zuluaga Monedero, directores de Coldeportes; Nolasco Sierra y Leonardo Amaya. Dirigentes eficientes que no dejaron semilla para el atletismo del Valle.

Siguiendo el legado bíblico de que “Por sus obras los conoceréis” Carlos Ávila no solamente era un mecánico avezado, sino un entrenador calificado como ninguno, un sicólogo empírico, un experto en la construcción de pistas de atletismo en carbonilla, en varios municipios del Valle, al lado de Leonardo Amaya y campos de fútbol, ya que durante muchos años fue administrador y encargado del mantenimiento del Estadio Pascual Guerrero, para dedicarse en su merecido retiro de pensionado al cultivo de cítricos en su finca de La Buitrera, logrando comercializar: naranja, mandarina, limón , maracuyá y grey, actividad que le recordaba su lejana juventud en tierras tolimenses y que combinaba dando sus sabios consejos a atletas y entrenadores que hasta allí llegaban a buscarlos.

Es que fueron siete décadas de experiencia, con el amor a un ideal unido al sentido de la responsabilidad. Nadie puede llamarse a engaño cuando se dice que Carlos Ávila Medina es la personificación del atletismo colombiano, fue un revolucionario que viajó por el mundo en busca de conocimientos, cuya semilla sembró hace 50 años y cuyos frutos se han transmitido y multiplicado de generación en generación.

Descanse en paz, porque como en el legado bíblico “sus obras le siguen”, un sincero réquiem ante su tumba y el eterno agradecimiento del deporte de Colombia y particularmente del Valle del Cauca, que masivamente acompaña a su profesor hasta su última morada. Carlos Ávila se fue como los grandes con la satisfacción de deber cumplido.

http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso103529-el-atletismo-llora-un-maestro

Falleció Carlos Avila gloria del atletismo colombiano en el 50

por: Tobías Carvajal Crespo
Enero 02- 2009
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Como técnico, fraguó las victorias de Alvaro Mejia Flórez en La II Semana Pre-0límpica de México-1966.
Otra infausta noticia sacude el mundo deportivo entre el epilogo del año 2008 y la llegada del 2009: el atletismo lamenta la muerte de un excepcional hombre, bien como atleta activo o entrenador. Hacemos referencia al tolimense Carlos Avila Medina, identificado atléticamente como del Valle del Cauca, departamento por el cual compitió siempre en diversos escenarios nacionales.

Había nacido en el cálido municipio de El Libano, en sus comienzos se inclinó por la práctica del baloncesto, para terminar dedicado de tiempo completo a su gran pasión: el atletismo. Hablamos de comienzos de los años treinta.

En la década del cincuenta se consolidó como el amo y señor del salto con garrocha, disciplina en la cual alcanzó una marca de 3,61 metros, el domingo 18 de julio del año 1954. Incursionó, igualmente en la prueba de los 110 metros con vallas. Con motivo de los VII Juegos Atléticos Nacionales, celebrados en Cali hace ya 54 años, fue figura del equipo vallecaucano, al lado de glorias atléticas como Jaime Aparicio, Alberto Lemos Borrero, Carlos Humberto Zea, Diego Fernández, Rafael Granados, Carlos Cambindo, Pedro Pablo Castillo y Carlos Troncoso, entre quienes de momento recordamos. En el Valle del Cauca el sucesor de las hazañas de Avila Medina en el salto con garrocha fue su paisano César L. Quintero, formidable atleta sordomudo.

Al lado de un hombre científico del atletismo, el sueco Rolf Svamberg comenzó Carlos Avila su fructífera carrera como entrenador, carrera que complemento en Europa hacia el año de 1960. Hizo su estreno oficial como técnico en el Campeonato Suramericano de Lima en 1961, para luego ejercer en mismo cargo en eventos como los Juegos Bolivarianos, Panamericanos, Iberoamericanos y Olímpicos.

Correspondió a Carlos Avila Medina la gloria de orientar profesional y anímicamente al antioqueño Alvaro Mejía Flórez, cuando el glorioso fondista nacional intervino, en octubre de 1966, en Ciudad de México, en la II Semana Pre-Olímpica, antesala de la cita orbital en la capital azteca. Allí Mejía Flórez, de la mano de Avila logró las medallas de oro en 5.000 y 10.000 metros planos, por delante de figuras mundiales del fondismo como el belga Gaston Roelants y el tunecino Mohamed Gammoudi. Una semana de gloria para el atletismo criollo, como bien lo destacó en emotivas notas el maestro del periodismo nacional, Germán Castro Caycedo.

Con motivo de aquella pruebas, Carlos Avila manifestó textualmente: “Es la oportunidad más gloriosa que ha tenido Alvaro en su carrera atlética, no sólo por su estado físico, sino porque alterna con los más grandes del deporte mundial…”

Retirado de toda actividad deportiva y ya pensionado, Carlos Avila se dedicó al cultivo del campo. Luego de una penosa dolencia pulmonar que debió soportar por algo más de un mes, dio el gran salto a la eternidad, en los últimos días de diciembre.

Carlos Avila Medina, un tolimense de nacimiento pero vallecaucano de corazón, que vivió en función de hacer muy grande el deporte y en especial el atletismo en nuestro país. Una oración sobre su tumba.