Monday, December 19, 2011

Falleció Carlos Avila gloria del atletismo colombiano en el 50

por: Tobías Carvajal Crespo
Enero 02- 2009
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Como técnico, fraguó las victorias de Alvaro Mejia Flórez en La II Semana Pre-0límpica de México-1966.
Otra infausta noticia sacude el mundo deportivo entre el epilogo del año 2008 y la llegada del 2009: el atletismo lamenta la muerte de un excepcional hombre, bien como atleta activo o entrenador. Hacemos referencia al tolimense Carlos Avila Medina, identificado atléticamente como del Valle del Cauca, departamento por el cual compitió siempre en diversos escenarios nacionales.

Había nacido en el cálido municipio de El Libano, en sus comienzos se inclinó por la práctica del baloncesto, para terminar dedicado de tiempo completo a su gran pasión: el atletismo. Hablamos de comienzos de los años treinta.

En la década del cincuenta se consolidó como el amo y señor del salto con garrocha, disciplina en la cual alcanzó una marca de 3,61 metros, el domingo 18 de julio del año 1954. Incursionó, igualmente en la prueba de los 110 metros con vallas. Con motivo de los VII Juegos Atléticos Nacionales, celebrados en Cali hace ya 54 años, fue figura del equipo vallecaucano, al lado de glorias atléticas como Jaime Aparicio, Alberto Lemos Borrero, Carlos Humberto Zea, Diego Fernández, Rafael Granados, Carlos Cambindo, Pedro Pablo Castillo y Carlos Troncoso, entre quienes de momento recordamos. En el Valle del Cauca el sucesor de las hazañas de Avila Medina en el salto con garrocha fue su paisano César L. Quintero, formidable atleta sordomudo.

Al lado de un hombre científico del atletismo, el sueco Rolf Svamberg comenzó Carlos Avila su fructífera carrera como entrenador, carrera que complemento en Europa hacia el año de 1960. Hizo su estreno oficial como técnico en el Campeonato Suramericano de Lima en 1961, para luego ejercer en mismo cargo en eventos como los Juegos Bolivarianos, Panamericanos, Iberoamericanos y Olímpicos.

Correspondió a Carlos Avila Medina la gloria de orientar profesional y anímicamente al antioqueño Alvaro Mejía Flórez, cuando el glorioso fondista nacional intervino, en octubre de 1966, en Ciudad de México, en la II Semana Pre-Olímpica, antesala de la cita orbital en la capital azteca. Allí Mejía Flórez, de la mano de Avila logró las medallas de oro en 5.000 y 10.000 metros planos, por delante de figuras mundiales del fondismo como el belga Gaston Roelants y el tunecino Mohamed Gammoudi. Una semana de gloria para el atletismo criollo, como bien lo destacó en emotivas notas el maestro del periodismo nacional, Germán Castro Caycedo.

Con motivo de aquella pruebas, Carlos Avila manifestó textualmente: “Es la oportunidad más gloriosa que ha tenido Alvaro en su carrera atlética, no sólo por su estado físico, sino porque alterna con los más grandes del deporte mundial…”

Retirado de toda actividad deportiva y ya pensionado, Carlos Avila se dedicó al cultivo del campo. Luego de una penosa dolencia pulmonar que debió soportar por algo más de un mes, dio el gran salto a la eternidad, en los últimos días de diciembre.

Carlos Avila Medina, un tolimense de nacimiento pero vallecaucano de corazón, que vivió en función de hacer muy grande el deporte y en especial el atletismo en nuestro país. Una oración sobre su tumba.

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